Visita al Museo del Apartheid
Un viaje a Sudáfrica no está completo si no conocemos parte de su historia reciente. En resumen —e intentando no faltarle el respeto a la memoria—, el Apartheid fue el sistema de segregación racial que se impuso en Sudáfrica entre 1948 y 1990.
Este sistema consistía en una serie de leyes que prohibían los matrimonios mixtos y las relaciones sexuales interraciales, y separaban a los grupos raciales (blancos, negros, mestizos e indios que habían llegado desde la India británica a trabajar) en medios de transporte, hospitales, lugares de ocio y escuelas, etc. Pronto se les obligó a vivir en barrios fijados para cada uno de los cuatro grupos raciales.
Apartheid significa “separados” en idioma afrikaans.
La misión del Apartheid era mantener la dominación de un grupo racial de personas sobre otro grupo racial y de oprimirlo sistemáticamente. O sea, blancos sobre los otros tres grupos, en su mayoría blancos descendientes de los colonos holandeses e ingleses que llegaron a Sudáfrica siglos antes.
Para entender las décadas de oscuridad que se vivieron desde entonces, es imprescindible hacer una visita al Museo del Apartheid en Johannesburgo. Al entrar, el visitante recibe un boleto en el que dice BLANCO o NEGROS, como una lotería. Desde el primer momento se experimenta el espírotu del apartheid: separación.
Por un pasillo entran los visitantes con el boleto que dice Blancos y por el otro, el que dice Negros. Ya dentro, una serie de letreros indican lo que puedes o no puedes hacer según tu color de piel. Luego los pasillos se unen, algo que lógicamente no ocurrió durante el Apartheid.
Ya dentro no se pueden sacar fotos.
El Museo del Apartheid hace un recorrido exhaustivo por la historia de Sudáfrica, desde la llegada de los primeros colonos europeos, hasta los días más oscuros del Apartheid. Hay fotografías y videos donde se muestran a los arquitectos y partidarios de la segregación racial hablando con fanatismo, justificando lo injustificable. Hay, también, videos muy fuertes de la represión sufrida por la población negra.
Ya afuera, al finalizar la visita al Museo del Apartheid, podemos ver la muestra sobre Nelson Mandela y unos carteles con los principios por los que luchó Mandela en vida, cada uno representado por un color. Puedes escoger la varilla que corresponda al principio que mejor te represente y ponerla y colocarla en un jardín de cemento.
Después de este viaje a Sudáfrica no me queda claro si es un país en vías de la reconciliación o está tan dividido como en el Apartheid. Un zulú me dice que nada ha cambiado, pero son años, décadas, para que las heridas de la segregación racial sanen.
En conclusión, la visita al Mudeo del Apartheid es tan fuerte como imprescindible, que deja un gusto amargo, pero también la sensación de que Sudáfrica camina hacia adelante.
Cuánto tiempo necesito en el Museo del Apartheid
Para hacer una visita al Museo del Apartheid se necesitan aproximadamente 2 horas. Si quieres ver con profundidad los videos y leer los paneles, 4 horas.
Debido a la naturaleza del museo, sólo está permitida la entrada a mayores de 11 años.
Dirección:
Cnr Northern Parkway & Gold Reef Roads, Ormonde, Johannesburg
Sitio web del Museo del Apartheid
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