Este artículo tiene como fin contarte de la realidad del trabajo en cruceros, algo que no todas las agencias reclutadoras te cuentan.
La selección: falsas promesas
“Descubre destinos exóticos mientras trabajas”. “El único trabajo donde estás de vacaciones”. Con estas tentadoras frases, postular a un cargo que ofrece recorrer el mundo y ganar un buen sueldo se convierte en una idea muy atractiva.
Los requisitos son: hablar inglés avanzado, experiencia en el cargo y disponibilidad para realizar un contrato de seis meses u ocho meses. Pero en ninguna parte se señala la presión a la que serás sometido.
En general, las compañías de cruceros utilizan agencias para seleccionar a su personal. Envías un e-mail con el currículum —en inglés— y una foto tamaño carnet. Si eres escogido, pasas a la primera etapa y acudes a una entrevista, que casi siempre es efectuada por un ex tripulante.
En esta etapa se hace una charla sobre la vida en barco según las agencias reclutadoras: los puertos que puedes visitar, la comida exótica a destajo a la que tendrás acceso, y muchos amigos de todas partes del mundo que podrás conocer, todo esto sin hacer demasiado énfasis en la carga de trabajo que tendrás.
En la segunda fase, el agente te hará una entrevista en inglés, en la que se encarga de hacerte notar de la increíble oportunidad a la que estás postulando.
Muchos de los postulantes tienen la experiencia requerida, pero fallan con el idioma. El nivel de inglés rara vez alcanza a ser fluido —incluso por parte de los seleccionadores—, pero los agentes están desesperados por tomar su comisión por reclutar personal.
La agencia JobActiva me cobró 400 dólares por postular a Princess. Luego a bordo me enteré que solamente esta agencia hace esto, ya que Princess no exige un pago por parte de los tripulantes al momento de postular. Nunca me devolvieron el dinero, a pesar de que la ley internacional prohibe que las agencias cobren dinero por reclutar. Aún tengo el recibo.
El no saber inglés, al menos a nivel intermedio, juega absolutamente en contra del tripulante. Los pasajeros no tienen mucha paciencia y se pueden cometer errores que entorpecen el excelente servicio que se te exige.
Pasaje hacia la realidad
¡Felicitaciones! Eres uno de los seleccionados para el mundo de los cruceros. Tienes que sacar la visa C1/D de tripulante y hacerte exámenes médicos que sólo el doctor indicado por la agencia debe hacer, los que cuestan 150 mil pesos chilenos aproximadamente (unos $400 USD) y duran dos años. Es tu primer contrato y debes comprar tu pasaje de ida. Si lo terminas, la empresa te da el de regreso.
Terminas gastando alrededor de un millón de pesos, no reembolsables. A partir del segundo contrato, la mayoría de las compañías pagan tus pasajes.
Cuando tienes todos tus papeles listos, esperas uno, dos meses —a veces más— a que te ofrezcan un trabajo en cruceros. Estás ansioso y ya has estudiado los itinerarios que te gustaría hacer. Por fin llega ese correo, anunciándote que te embarcas en, por ejemplo, Miami. Deberás llegar un día antes y pasar la noche en un hotel que te pagará la empresa.
A veces puede suceder que llegues el mismo día en que debas embarcarte y correr del aeropuerto al barco, ir a un par de reuniones y empezar a trabajar de inmediato. Créeme, quieres evitar esto a toda costa.
Al día siguiente tomas un taxi y te diriges al puerto (pide un recibo y guárdalo, por lo general las compañías de cruceros lo reembolsan).
La realidad del trabajo en cruceros
Una vez fuera del barco, debes presentar tu pasaporte y esperar que tu jefe te vaya a buscar. Te llevará a la oficina del crew y te dará un rápido tour por las áreas más relevantes: comedores de tripulante, tu área de trabajo y tu cabina. Es pequeña y debes compartirla con otra persona de tu mismo sexo. Nunca sabes si te va a tocar un borracho o un enemigo de la higiene.
El respeto es fundamental, pero considerando que los tripulantes proceden de unos setenta países distintos, no es fácil. Diferentes costumbres y culturas pueden generar roces que te podrían perjudicar en tu trabajo.
Si eres staff —bailarín, fotógrafo, vendedor, personal de entretenimiento, etc.— tienes muchas libertades a bordo, si es que tienes tiempo libre. En cambio, si eres crew (aseador de cabinas, cocinero, mesero) deberás compartir un baño común y no podrás tener acceso a los restaurantes de los pasajeros.
Deberás comer en uno destinado a tu posición. Olvídate de la comida exótica. Desde ahora el arroz será lo más cercano al sushi que comerás al almuerzo. Si eres un oficial, no te preocupes. El mundo —y las mujeres— estarán a tus pies.
No tienes tiempo para desempacar cuando ya es hora de atender tu primera reunión para explicarte las reglas de la vida a bordo. Debes ir en uniforme, ya que a su término irás directo a trabajar.
Los demás tripulantes saben que eres nuevo, te sonríen y te preguntan si estás perdido. Luego te enterarás que sonríen mecánicamente, aunque por dentro estén maldiciendo a tu madre.
Si eres mujer, eres carne nueva, fresh meat, como le llaman a las chicas nuevas. Que esto no te desaliente, hay muchas personas honestas y abiertas a ayudarte, sólo debes saber encontrarlos.
Al comienzo no te va a importar si el barco está en el Caribe, Australia o Tailandia. Sólo vas a querer dormir.
El sueño prometido de descubrir el mundo se convierte en un trabajo duro donde comes, trabajas y duermes durante seis u ocho meses, sin derecho a alegar. De a poco descubres la realidad del trabajo en cruceros. Nadie te obliga a quedarte y siempre puedes renunciar, pero esto podría cerrarte las puertas para volver a trabajar en el mar.
La mitad del vaso lleno
Que nada de esto te desanime. Tu experiencia a bordo dependerá de muchos factores: el itinerario, tu cargo, tu equipo de trabajo, tu jefe, etc. Todo influye. Si tu plan es conocer los puertos, busca trabajo como vendedor, dealer de casino, bailarín, cantante, músico, vendedor de excursiones.
Yo hice muchos contratos como vendedora y conocí muchos lugares y personas increíbles. También trabajé de recepcionista y me encantaba, pero casi no tenía tiempo para salir en puertos y el sueldo era muy malo para aguantar ese tipo de presión y estrés.
Si postulas como fotógrafo, olvídate del lado más artístico de tu trabajo. Sacarás foto tras foto con poses programadas delante de fondos de gusto cuestionable. Te vestirás de pirata del Caribe para que los pasajeros se saquen fotos contigo, mientras te derrites bajo el sol de Las Bahamas o veas pasar a tus amigos vendedores que van a pasar el día en Roma.
No te dejes engañar por esos mapas de “países que conozco” que suelen subir a Facebook: pasar dos o tres horas en cada puerto no es precisamente conocer un lugar.
Si quieres acumular experiencia en el área hotelera prueba con la recepción. Es un trabajo algo duro sicológicamente hablando. Los pasajeros se quejan de cosas tan insólitas como que el mar está muy ruidoso y por todas las vías posibles intentarán conseguir un descuento o algo gratis.
Si quieres ganar dinero, entonces mejor prueba con el bar. Trabajarás día y noche, pero al final aprenderás a ser independiente, volverás con mucho dinero en los bolsillos, un gran dolor de espalda y muchas historias que contar.
Todos tienen diversos motivos para embarcarse. La mayoría lo necesita para mantener a su familia, pero hay muchos que lo hacemos por gusto, para viajar, o simplemente, porque tenemos la enfermedad del tripulante, esa que te hace volver, una y otra vez. Sin embargo, recomiendo no alardear de que no lo haces por necesidad. Hay personas que trabajan seis u ocho meses lejos de su casa sólo para mantener a sus hijos y otros familiares.
A pesar que la realidad del trabajo en cruceros es muy diferente a lo que se cree, hay aspectos positivos en este trabajo. Pienso que todos deberían tener esta experiencia una vez en su vida. Al menos yo no me arrepiento y nunca lo haré.
Actualización (2020)
Mi experiencia trabajando en cruceros no era tan mala como la de la gran mayoría de los tripulantes que conocí en todos estos años. El 2016 volví por última vez a los barcos y tuve una experiencia nefasta de acoso sexual y de maltrato laboral. Además, una amiga se suicidó. Esta es la razón por la que no no hablo mucho de los barcos hoy en día. Para eso, creé varios artículos que pueden ser de utilidad. Agradezco tu comprensión.
IMPORTANTE
*Mi experiencia y mis comentarios sobre la vida del tripulante se basa en ocho contratos que hice en un total de nueve barcos en cuatro compañías diferentes, pero te recuerdo que TODAS las experiencias son distintas. Las compañías de cruceros son claras al especificar el tipo de carga que tendrás, son algunas agencias las que adornan el trabajo a bordo.
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