Mi experiencia estudiando un curso de verano en Seúl
Cuando pensé en volver a la universidad, siempre consideré la idea de hacer un par de años en Australia. No pude hacerlo y me frustré bastante, ya que tuve que limitar mis viajes a las vacaciones de verano e invierno. Aún así, me las ingenié para viajar al menos 4 meses al año durante estos 4 años y medio de estudios, trabajando en cruceros y mochileando.
En mayo del 2015 me llegó un correo de parte de mi universidad, anunciando la posibilidad de participar de un programa de verano en Seúl que no incluía los pasajes aéreos. Era mi pequeña revancha para hacer un intercambio, aunque fuera de un mes. Saqué las cuentas. Tenía algunos ahorros y me había ganado un premio en dinero en mi universidad gracias a mis méritos académicos.
La postulación requería tener un buen nivel de inglés y la selección se haría por ranking de notas. Cuando me anunciaron de que había sido una de las dos elegidas de mi universidad para participar del programa, la Universidad de Seúl (UOS) me pidió algunos documentos, como certificado de alumno regular y mis calificaciones. También debí inscribirme en línea y elegir las materias que iba a cursar.
Considerando que iba a gastar casi US $1,500 solo en pasajes, decidí también ir a Tokio, ciudad que está a menos de 2 horas de vuelo de Seúl. Así que compré pasajes de Santiago a Tokio con escala de 5 horas en Houston. Luego compré un pasaje por Korean Airlines ida y vuelta de Tokio a Seúl. A mi regreso a Chile, me quedé una semana en la capital japonesa. Me ahorré alrededor de US $300 en comparación al pasaje con destino final Seúl.
Después de un viaje de más de 25 horas, llegué de noche al aeropuerto internacional Incheon de Seúl, que es muy moderno y ha sido elegido el mejor del mundo en varias ocasiones según encuestas realizadas por el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI).
Para mi suerte, Jim, un estudiante de la UOS encargado de recibirnos, me esperó. Había estado desde las 6 am recibiendo y despachando a estudiantes que llegaban de todas partes del mundo. Nos subimos a su camioneta y partimos. A pesar de que ya era de noche, había una humedad del terror.
En la UOS tomé 3 materias, pero luego me di cuenta que prácticamente no iba a tener tiempo libre, así que me quedé con dos: Cultura y Sociedad Coreana, y Explorando la Cultura Asiática. El primero era presencial. Debíamos leer textos, participar en clases, escribir ensayos y hacer una presentación grupal. El segundo consistía en viajes y visitas relacionadas con la cultura coreana.
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Sin duda, la calidad de la educación coreana es una de las mejores del mundo. También es más exigente puesto que es una sociedad muy competitiva. Pero creo que el curso de verano, que incluía tanto a extranjeros como a coreanos que querían adelantar materias, era más flexible. Sin embargo, y a pesar de lo cercanos que eran los profesores, acá no servía el tan chileno “se enfermó mi mamá” o “mi perro me comió la tarea”.
La mayoría de los alumnos cumplía con sus responsabilidades. Me tocó un grupo de trabajo fantástico compuesto por unas canadienses, un americano, una australiana y una coreana. Todos eran puntuales y hacían su trabajo, nunca perdimos el tiempo porque queríamos aprovechar para recorrer Seúl.
Los otros chicos provenían de lugares como Eslovenia, Austria, Holanda, Turquía, Polonia, Alemania, España, Suecia, Suiza, Francia, Portugal, Fiji, entre otros. La UOS siempre se portó muy bien y estaban atentos a nuestras preguntas. Nos hicieron una bienvenida y una despedida con discursos y exquisita comida asiática.
La profesora de Cultura y Sociedad Coreana había nacido en ese país, pero vivía en Hawaii y estaba casada con un ciudadano indio, por lo que entendía perfectamente las particularidades de su propia cultura y el impacto que pueden significar ciertos asuntos como la excesiva adoración hacia la piel pálida, el rol de la mujer coreana, la importancia de salvar las apariencias —lose face le llaman en inglés— y de controlar las emociones. A veces costaba un poco entenderle, porque su acento era muy fuerte y, contrario a lo que creía, pocos coreanos manejan el inglés con fluidez.
Mi ensayo final fue sobre la historia del país a través de su música, haciendo un trazado por su historia antes de la invasión japonesa y de la Guerra de Corea hasta nuestros días, en que el K Pop se ha convertido en carta de presentación del país asiático, haciendo que los jóvenes dejen de lado costumbres propias del Confucianismo.
El curso de Explorando la Cultura Asiática incluyó un viaje de 4 días a la isla de Jeju, conocida como el Hawaii de Asia. Los estudiantes coreanos no pudieron participar porque les era muy caro. A nosotros solo nos costaba US $300 de los US $800 que salía todo gracias a los convenios con nuestras universidades, lo que incluía estadía en un hotel 5 estrellas, excursiones a montañas, almuerzos típicos, visitas a plantaciones de té, a templos budistas, a la playa, a unas cataratas, a un acuario y museos.
Además, en Seúl, nos llevaron al Museo de Guerra, al palacio Gyeongbokgung, a una obra de teatro preciosa llamada “La Historia del Secretario Bae” y a otra muy popular, el “Nanta Show”, entre otros. Teníamos que escribir ensayos de cada una de estas actividades para aprobar la materia. En Bienvenido a la DMZ: el lugar “más peligroso del mundo” relato la experiencia de visitar la frontera con Corea del Norte, una de mis actividades favoritas.
Por lo general, debo decir que la experiencia en el curso de verano en Corea en la UOS fue muy positiva y enriquecedora. Tenía clases de lunes a viernes de 9 am hasta el mediodía, así que apenas terminaba mis tareas, podía dedicarme a recorrer Seúl, una ciudad fascinante donde se contrasta modernidad y tecnología con una cultura milenaria llena de secretos por descubrir. Lee acá 8 Razones Para Visitar Seúl ahora.
La UOS ya diseñó su nuevo afiche para el curso de verano 2016 que corresponde al invierno de Sudamérica. Son varias las universidades coreanas que realizan estos programas, así que sugiero a los interesados visitar sus páginas webs y ver los requerimientos para participar.
Si te interesa estudiar en Corea, hacer un curso de verano en Seúl es una excelente opción. ¡Considéralo!
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