Vuelo en helicóptero en la Patagonia, un paseo sobre un glaciar
Volando sobre glaciares y lagos de la región de Aysén, Chile.
Nos levantamos a las 8 am para tomar el camino transversal de 110 kilómetros que conecta la ruta 7 de la Carretera Austral.
El camino de ripio nos llevó por humedales, acantilados, precipicios, lagos. Medio mareados debido a las curvas, llegamos a nuestro destino: Puerto Guadal. Allí nos esperaba una gran sorpresa.
Apenas ingresamos al Terra Luna lodge, vi un letrero de madera donde se leía “Helitours”. Sospeché que, quizás, la sorpresa consistía en un vuelo en helicóptero, pero una excursión en kayak me pareció más factible.
Me equivoqué. Nunca había volado en helicóptero y me había quedado con las ganas de hacerlo cuando trabajaba en el barco que me llevó a Alaska. Era mi oportunidad. Me daba temor, por mi pánico a las alturas, pero no iba a desperdiciar esta oportunidad.
Además, nuestro piloto era un experimentado ex miembro de la Fuerza Aérea, lo que me dio mucha seguridad.
Nos dieron las instrucciones y el helicóptero despegó. El viento estaba de nuestro lado y el aparato apenas se agitó. Flotamos en el aire sobre el majestuoso lago General Carrera con rumbo al glaciar Meliquina, donde estuvimos un buen rato disfrutando del paisaje. Luego volvimos a subir al helicóptero para sobrevolar el glaciar y adentrarnos en un cañón. Me sentía como en una película de acción.
Ya de regreso al Terra Luna lodge, almorzamos un pastel de choclo. Nos atendió Félix, un amable alemán de pocas palabras y casi dos metros que se había enamorado de la región de Aysén y se había quedado a vivir junto a su esposa e hija.
En la tarde, la siguiente actividad consistió en visitar las cascadas del río Maqui, un trekking de aproximadamente 2 o 3 horas, ideal para todo público. Para más información, visita http://terraluna.cl/es/terralunapatagonia/
Esa noche fue una de las mejores de todo el viaje de prensa. Nuestros anfitriones, Sebastián y Esteban, prepararon un asado en La Lomita, un conjunto de cómodas cabañas de madera junto al lago General Carrera.
La cabaña que compartí con Berni y Andrea contaba con dos habitaciones con baño (una con dos camas, la otra con una cama single y un camarote), amplio salón con grandes ventanales con vista al lago, comedor, cocina y chimenea. Es un ambiente acogedor, familiar y un lugar en medio de la naturaleza.
Lee todos los artículos del viaje:
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