¿Qué hacer si somos víctimas de acoso sexual en el extranjero?
Lee las historias de viajeras que sufrieron acoso sexual mientras viajaban y las sugerencias de lo que debes hacer para estar segura.
Playas exóticas, selvas tropicales, nuevas amistades, un bronceado fascinante. Eso y mucho más nos ofrecen las miles de fotos de viajes que vemos da diario en blogs y redes sociales. Todas esas imágenes nos cuentan una historia: un romance, el primer viaje en solitario, una celebración. Pero pocas —o ninguna— nos relatan sobre el lado oscuro de viajar solas y el acoso sexual en el extranjero. Necesitamos hablar de esto.
El acoso sexual es una realidad que ocurre en todas partes, incluso cuando viajamos. Sin embargo, la situación es aún más desagradable: estás sola, a veces no manejas el idioma local y probablemente desconozcas qué tan internalizado esté el acoso en ese lugar.
Definamos acoso sexual:
Son prácticas de connotación sexual ejercidas por una persona (conocida o desconocida) que suelen generar malestar en la víctima. Pueden ser comentarios o tocaciones no solicitadas ni consentidas por la víctima, lo que genera un impacto psicológico negativo.
Lo que es normal en tu país, puede que no lo sea en otro. Sin embargo, hay que aprender a diferenciar una costumbre local de que te digan Me gustan tus tetas, como me ocurrió en una tienda de souvenirs en Jamaica. Mi única reacción fue ignorar al hombre y salir del lugar.
Ahora, imagínate si esto te pasa mientras estás viajando sola.
Valentina, de Chile, tenía 21 años cuando decidió ir a Europa: Iba en un bus desde Hamburgo hasta Ámsterdam. Mi vecino de asiento era un hombre de treinta y tantos. Dijo que venía de Siria y nos fuimos conversando un rato en inglés. Apagaron las luces y le dije a mi vecino que dormiría. Desperté de pronto porque sentí unas manos tocándome. Lo único que atiné fue a darle un manotazo, pero continuó e intentó llegar a mis pechos. Ahí le di un manotazo más fuerte y le dije “Oye, para”, aunque no recuerdo en qué idioma.
El sujeto se hizo el tonto, pero continuó. No me atreví a pedir ayuda porque no sabía cómo iba a reaccionar la gente (como en Chile, que siempre crees que te van a tratar de loca o de alaraca). Además, tampoco sabía si podría explicarlo en inglés. Pensé en quitármelo hasta que se aburriera. Finalmente lo hizo y se durmió o se hizo el dormido. Llegamos a Ámsterdam como a las 6:00 am y el tipo quería seguir conversando como si nada. Yo simplemente tomé mi bolso y huí.
La mexicana Ili Valdés también fue víctima de acoso sexual en el extranjero y optó por tomar lo primero que encontró en su mochila en caso de que tuviera que protegerse. Iba caminando por Hanoi a las 4 am y de pronto se dio cuenta de que había una moto detrás suyo: Me siguió más de media hora. Saqué la Go Pro con el stick, decidida a golpearlo. El tipo insistía en que me subiera a su moto, hasta que llegué donde unos guardias de un edificio. Todo el trayecto estuve en línea hablando con mi esposo.
Karin, una bloguera de Eslovaquia, autora de Girl Astray tuvo una mala experiencia con Couchsurfing, en Estados Unidos: Llegué a un departamento lindo y cómodo donde me recibió el dueño: tenía unos 60 años, era calvo y tenía una gran barriga. Tenía distintas representaciones de Buddha. Bien, pensé. Me llevó a un paseo por Oakland, me ofreció comida e incluso me llevó a un concierto y a una fiesta con sus amigos. Además, hablaba de una manera que me hizo pensar que era gay. Cuando me ofreció un masaje no lo pensé demasiado. No quería, pero insistió sutilmente hasta que accedí.
Dijo que me sacara los pantalones para poder masajear los músculos de mi trasero. Incluso preguntó si quería un masaje de pechos. Todo fue muy incómodo, pero me hice la amable: no tenía dinero para ir a un hostal. Después, cuando le pregunté sobre su orientación sexual, se rió y dijo que ¡no era gay! Insistía en abrazarme. A cualquiera que estuviera en mi lugar le diría que se largara de ahí, sin embargo, necesitaba estirar mi presupuesto así que me arriesgué. Además había comprado una cámara por Internet y debía llegar esa semana.
Luego de seis días, otra chica llegó al departamento y literalmente me salvó. Hasta ese momento, pensaba que quizás me lo estaba inventando en mi cabeza, pero ella se sintió igual: amenazada. Me ayudó a cambiar la dirección de envío de mi cámara para que yo la recogiera en otro lugar y decidimos huir y dormir en el aeropuerto durante las noches restantes. Ahora tengo otra historia de “cuando era joven y estúpida” para contar. Me aseguré de dejarle una larga y detallada reseña en CS. Incluso recibí mensajes de otras personas agradeciéndome por la honestidad.
Este artículo no se trata de asustar a las mujeres que quieren viajar solas ni de crear mala fama a ciertas culturas o países. Se trata de conversar sobre un tema que nos aqueja, pero también de buscar herramientas para saber qué hacer en este tipo de situaciones.
Queremos seguir viajando solas, queremos seguir usando Couchsurfing, queremos seguir caminando a las 4 am por Hanoi si se nos da la gana, queremos seguir viviendo experiencias que nos llenan el alma.
¿Cómo evitar el acoso sexual en el extranjero y qué hacer en caso de de ocurra?
Infórmate sobre las costumbres locales
En algunos países, la forma de vestir es una forma de respeto. Lo ideal es informarse y seguir los patrones de vestimenta de las mujeres locales para evitar llamar mucho la atención. Así también evitamos ser foco de robos.
Pregunta a locales y otros viajeros
Nadie más indicado que un local o un viajero que conoce bien el lugar para indicarte por dónde te puedes mover con total confianza.
Busca ayuda
Si estás sola y sientes que estás en peligro, acércate a otra persona, otra mujer, o alguien que te parezca más seguro. En este mundo hay muchas más personas dispuestas a ayudarte que a hacerte daño.
Ignora al acosador
El acoso sexual no se trata de obtener gratificación sexual, sino de ejercer poder sobre ti. Si alguien te hace un comentario de índole sexual en la calle, no le des en el gusto, él solo busca atención.
Pero si te toca…
Hay países donde otras personas te van a ayudar, pero hay otras culturas donde el acoso sexual es silenciado y hasta justificado. En algunas circunstancias acusar y confrontar al acosador es inútil e incluso peligroso, pero si gritas, lograrás la atención de otras personas que podrían ayudarte y el acosador se va a sentir avergonzado y lo va a pensar dos veces antes de seguir molestándote. Hazlo siempre que tu entorno sea seguro y el acosador no amenace tu integridad física.
Denuncia a la autoridad más cercana
Es verdad que muchas veces no somos escuchadas, pero no por eso debemos dejar de denunciar este tipo de situaciones.
⇒ También sugiero hacer una lista de algunos lugares como hospitales, embajadas, estaciones de policía en caso de que debas denunciar o recurrir por asistencia médica en caso de abuso sexual (debes chequearte en las primeras 72 horas de ocurrida una violación).
⇒ Es recomendable llevar una lista de palabras de emergencia en el idioma del lugar a visitar.
En el caso de Couchsurfing, Karin cuenta que desde entonces siempre se fija que el anfitrión haya tenido invitados femeninos y masculinos, para así evitarse sorpresas desagradables. “Si te sientes incómoda con un anfitrión, sé firme y decidida y habla fuerte y claro desde el comienzo”, aconseja. “Busca otros miembros de la comunidad que puedan ayudarte y, lo más importante, confía en tus instintos”, señala.
Yo suelo andar con un spray de pimienta que me hace sentir más segura. Sin embargo, hay países cuyas leyes prohiben este tipo de artículos. En su reemplazo, llevo un desodorante spray. Si alguien intenta hacerme algo, se va a llevar una buena rociada.
Agradecimientos a Viviana, a Illi Valdés y a Karin por compartir sus experiencias.
Si tienes alguna historia de acoso sexual en el extranjero, no dudes en contactarme.