Mitos y leyendas de Chile
Estas son algunas de las leyendas chilenas más populares, aquellas que se pasaron de padres a hijos, de abuelos a nietos, hasta llegar a nosotros.
Los mitos y las leyendas chilenas más populares
De norte a sur, Chile está regado de leyendas, historias de tradición oral pasadas de padres a hijos, de abuelos a nietos. Mitos que encarnan de forma simbólica fuerzas de la naturaleza y aspectos del folclore nacional que nos hablan de la cosmovisión de los pueblos originarios.
Si quieres conocer Chile, adéntrate en los mitos y leyendas que se inspiraron en un evento particular o una historia imaginaria para dar pie a las historias más interesantes de nuestro país.
La Laguna del Inca y los ojos de una princesa
En plena Cordillera de Los Andes, a pocos kilómetros de Santiago, existe una laguna encantada de color esmeralda, a la que llaman “Laguna del Inca”.
La leyenda se remonta a épocas prehispánicas, cuando los incas dominaban parte de Chile. Este pueblo se consideraba hijos de Inti, el dios sol. Para rendirle culto, solían subir a las altas cumbres para llevar a cabo sus rituales religiosos.
Fue en este contexto que el inca Illi Yupanqui y la princesa Kora-llé contrajeron matrimonio cerca de una hermosa laguna ubicada en las cumbres cordilleranas.
Después de la ceremonia, la princesa debía bajar por la ladera del cerro, ataviada con sus trajes y joyas. Sin embargo, la joven inca perdió el equilibrio y encontró la muerte a orillas de la laguna.
Completamente desconsolado, el viudo decidió que sumergieran a su amada en aquella laguna.
Desolado, Illi Yunpanqui solicitó que el cuerpo de su amada fuera envuelto en lienzos blancos y depositado en las profundidades de la laguna, cuyas aguas se tornaron color esmeralda, como los ojos de Kora-llé.
Quienes visitan la Laguna del Inca, dicen que durante las tardes de invierno, el alma de Illi Yupanqui deambula por las cercanías de la laguna, donde se pueden escuchar los lamentos del inca. Leyenda o realidad, la Laguna del Inca es un lugar que vale la pena visitar.
La Pincoya, la protectora del mar
Uno de los mitos más populares de la isla de Chiloé es la historia de La Pincoya, una criatura imaginaria con aspecto de mujer que habita en el mar.
A veces aparece en las playas, danzando para anunciar cómo será la pesca de la temporada. Si baila con los brazos abiertos, mirando hacia el mar, la pesca será abundante. Si baila dando la espalda al océano, habrá escasez.
Y cuando está en su habitat natural, la Pincoya protege a los pescadores y los rescata y los lleva a la orilla. Cuando sus esfuerzos no logran salvar a los hombres del mar, los lleva a la cubierta del buque fantasma El Caleuche, donde revivirán como tripulantes del barco fantasma.
Los chilotes no le temen al bravo mar del sur de Chile porque saben que la Pincoya los protegerá en vida o en el más allá.
El Caleuche, el barco fantasma
Otra de las leyendas más populares de Chiloé es la del barco fantasma al que la Pincoya lleva a los hombres caídos en desgracia.
Nadie sabe de donde viene ni donde va: el Caleuche es un buque que navega por los mares chilotes, generalmente durante las noches cuando hay neblina, pero jamás de día. Según la leyenda, desde tierra se puede escuchar a los tripulantes divertirse, hipnotizando a todo aquel que pueda ver las luces del barco.
Quienes se acerquen, pueden ser capturados o quedar con la boca torcida, porque los tripulantes del Caleuche son, en realidad unos brujos. Cuando quieren pasar desapercibidos, convierten el barco en roca y a sus tripulantes en lobos marinos o alcatraces.
Sin embargo, los ahogados que son llevados al barco por la Pincoya pueden subir y disfrutar de las maravillas y secretos del fondo del mar, pero nunca más podrán volver a tierra para contar lo que han visto.
El Trauco, la criatura más temida de Chiloé
El Trauco es un hombre pequeño, pero es uno de los personajes más conocidos en esta pequeña isla. Según la leyenda, fue engendrado por la mítica serpiente Caicai para vengarse de los hombres y su ingratitud hacia el mar.
Su peligro reviste en su aliento, con el que hechiza a las mujeres que pasean solas por los bosques, para dormirlas y embarazarlas.
Esta leyenda es usada, en muchos casos, para justificar los embarazos no planificados y para así cubrir la supuesta deshonra de las jóvenes madres solteras.
Sin embargo, también existe la teoría de que el Trauco era, en realidad, un guardián del bosque que violaba niñas.
La Añañuca, la flor del norte
La añañuca es una flor típica que crece entre las regiones de Atama y Coquimbo, pero pocos saben el origen de su nombre.
La historia se remonta al Chile previo a la independencia, en el pueblo de Monte Patria, cerca del río Limarí. Aquí vivía Añañuca, una joven indígena deseada por todos los hombres del lugar. Hasta que un minero que buscaba un tesoro llegó al pueblo. Añañuca se enamoró y se casaron.
Tiempo después, el minero soñó con un duende que le dio pistas donde estaba escondido el añorado tesoro que buscaba. Al día siguiente, partió a la mina, sin avisarle a nadie.
Añañuca lo esperó durante meses, pero él nunca regresó, seguramente atrapado por los peligros del desierto. Y cuando se dio cuenta que no volvería a verlo, Añañuca murió de pena.
Durante su entierro, comenzó una suave lluvia, pero al día siguiente el sol iluminó Monte Patria. Entonces, los pobladores notaron que unas flores rojas habían crecido en la tumba de Añañuca.
Según esta bella leyenda chilena, Añañuca se convirtió en flor, como un homenaje a su minero desaparecido. Así, estarían siempre juntos.
Es a través de estos mitos y leyendas de Chile que podemos conocer mejor nuestra cultura y nuestra gente.
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