Visita a Alcatraz en San Francisco
Aquellos que me conocen bien, lo saben: soy una obsesionada. Se me mete una idea en la cabeza y no hay quien me la quite. Y así fue como logré hacer una visita a Alcatraz, una de mis más grandes obsesiones.
Corría el 2008 y estaba trabajando en el Carnival Paradise. El itinerario era algo aburrido, siempre el mismo. Me había subido en julio y en diciembre todo había cambiado: el jefe, mis amigos y enviaron a mi novio sudafricano a otro barco.
Mi compañera de cabina era una rumana que me odiaba y me hacía la vida imposible. Se acercaba mi cumpleaños, Navidad, y Año Nuevo y había perdido casi todo lo que me había hecho feliz durante cinco meses a bordo. Era mi primer contrato.
Lee aquí 5 razones para trabajar en un crucero.
Hasta que un día, un hermoso día, alguien dijo “el Paradise se va dos semanas a dry docken San Francisco”. En lenguaje de barco, esto no es más que un periodo de acondicionamiento, sin pasajeros. Esto puede significar que nos envíen a trabajar a otro barco, nos envíen a casa o nos quedemos a ayudar con el hermoseamientode la nave.
Me tocó quedarme dos semanas a bordo, trabajando apenas un par de mañanas. Y de pronto recordé: Alcatraz queda en San Francisco.
Historia de Alcatraz
La primera edificación de Alcatraz fue construida a fines de la década de 1850 y fue usada como prisión militar, hasta 1933. Las autoridades consideraron que su aislamiento imposibilitaría cualquier intento de fuga. Y el que lograra huir, moriría a causa de las bajas temperaturas de las aguas que rodean a la isla.
Sin embargo, la fama de Alcatraz creció en los años en que funcionó como una prisión federal de alta seguridad que recibía a delincuentes que otros centros de detención no podían controlar. Durante sus años de operación (1934 – 1963) fue hogar forzado de algunos de los criminales más peligrosos de Estados Unidos, como el gánster Al Capone. Nunca nadie había logrado escapar, hasta el 12 de junio de 1962.
Los hermanos John y Clarence Anglin, Frank Morris y un cuarto reo que no huyó, usaron cucharas durante meses para excavar la pared que rodeaba los conductos de ventilación de sus celdas. Para despistar a los guardias, usaron cabezas hechas con papel higiénico, agua y pelo, que ponían en sus camas mientras trabajaban en su huida.
Una cabeza de papel maché. Esa imagen estuvo en mi mente desde que tenía unos diez años, cuando vi “Fuga de Alcatraz”, película que narra el escape y que está protagonizada por el siempre coolClint Eastwood. Una cabeza de papel maché. Eso pensé cuando me enteré de que íbamos a San Francisco.
Mi recorrido
Ya nada me importó: chao con el novio, los amigos que extrañaba, la rumana rompebolas. Iba a hacer una visita a la prisión más famosa del mundo. Convencí a Ronald, uno de mis amigos fotógrafos, para que me acompañara.
Desde el muelle 70 tomamos el Muni (una especie de trolley) hacia el sector de Embarcadero. Tomamos el ferry a Alcatraz en la esquina de la calle Jefferson y Powell. La niebla y el frío de diciembre creaban la atmósfera perfecta para visitar la legendaria prisión.
Luego de unos veinte minutos, llegamos a la isla. En la entrada, que había comprado en Internet por 30 USD, estaba incluido un tour en audio. Nos pasaron nuestros audífonos y así pudimos hacer el recorrido por cuenta propia, sin apuro. La narración era excelente y daba información detallada sobre la vida de los convictos de Alcatraz.
Escape de Alcatraz
A las siete y media de la mañana de 1962, uno de los guardias de la prisión se acercó a una celda para ver porqué un preso no se había levantado. El guardia lo tocó con su porra y dio un ligero toque en la cabeza que sobresalía de la cama. Al instante, la cabeza cayó rodando al suelo.
Historiadores y autoridades suponen que Morris y los hermanos Anglin se ahogaron en las frías aguas de la bahía de San Francisco. Pero ni sus cuerpos ni la balsa que hicieron con más de cincuenta gabardinas aparecieron. La familia de los Anglin cree que John y Clarence consiguieron huir hasta Brasil. Su madre recibió flores durante muchos años, sin saber quien era el remitente.
Después de que la prisión de Alcatraz fuera cerrada debido a sus altos costos de mantenimiento, la isla fue ocupada por casi dos años, a partir de 1969, por un grupo de activistas nativos.
Ronald y yo recorrimos la prisión completa durante tres o cuatro horas. Me dejé encerrar en una celda de castigo: quería experimentar la angustia de un convicto. Sin embargo, la peor de las condenas de Alcatraz era ver y escuchar a la distancia la alegre ciudad de San Francisco.
“Señorita, por favor, ya terminó el tour”, dijo el guardia, tratando de despertarme de este sueño de visitar Alcatraz.
Cómo hacer una visita a Alcatraz
Para visitar la isla de Alcatraz hay que tomar un ferry operado por Alcatraz Cruises, ubicado en Embarcadero, al sureste de Fisherman’s Wharf.
A pesar de que se aconseja comprar las entradas con meses de anticipación, hay tickets a la venta en el muelle 33, pero se agotan muy temprano.
También puedes hacer un tour a Alcatraz. La visita a Alcatraz con ferry y recorrido turístico en bus por San Francisco es una excelente manera de aprovechar el día y conocer lo que más puedas de esta hermosa ciudad. También hay otras excursiones que incluyen Alcatraz y otros puntos turísticos interesantes de los alrededores. ¡No te pierdas el puente Golden Gate!
Disfruta tu visita a Alcatraz y, si no has visto la película, te recomiendo hacerlo.
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