8 razones para visitar la capital de Corea del Sur
Es hora de expandir los horizontes y olvidar, aunque sea un rato, a París, Nueva York y Londres. Uf, y eso que yo amo Londres. A continuación, les voy a dar 8 razones para visitar Seúl ¡ahora!
Seré franca: hasta hace poco lo único que sabía de Corea era que estaba separada en dos y que el K-Pop estaba de moda. Siempre había querido pisar Asia, pero ir a Seúl no estaba dentro de mis planes más urgentes. Hasta que surgió la posibilidad de ir a hacer un curso de verano a la Universidad de Seúl (UOS) y dije ¿por qué no?
Luego de pasar un mes en la cuna del Gangnam Style —jamás le digan esto a un coreano—, entendí porqué Seúl está de moda y se ha convertido en exportador de tendencias de moda, tecnología y cultura pop.
Estas son mis 8 razones para visitar Seúl:
1. Tradicional y moderno
Seúl mezcla magistralmente lo antiguo con lo nuevo con un contraste balanceado. Entre los rascacielos monumentales destacan palacios reales con siglos de antigüedad. También hay muchos mercados tradicionales y templos. El mercado que más me gustó fue Nundaemun.
Hay de todo, desde carcasas de celular, hasta comida que solo los coreanos conocen. Si uno entra a los edificios y baja al subterráneo, se pueden probar desde semillas hasta jaibas fritas en miniatura. Y nadie mira feo si no compras.
2. Tecnología
Corea es líder mundial cuando se trata de tecnología. Estar en Seúl es como pasear por el futuro. Tienen internet en todas partes, es el más rápido del mundo y es fácil encontrar señales abiertas, incluso en la calle (ejem, aprende Berlín).
También hay muchas tiendas de electrónica. Hay dos centros comerciales donde los fanáticos de la tecnología pueden ir a perderse: en Yongsam Electronics —queda en la estación del mismo nombre— hay más de 3 mil tiendas especializadas con gadgets nuevos y de segunda mano; y Techno Mart —cerca de la estación Gangbyeon— que tiene nada menos que 9.900 km².
Eso sí, recomiendo ir con una persona que sepa mucho de tecnología o que hable coreano porque aquí venden de todo y a precios sospechosamente buenos. Aunque Samsung y LG son de la casa, no son baratos. Otro detalle: muchas veces las instrucciones de los gadgets vienen en japonés o coreano.
3. Fiesta (y alcohol muy barato)
El título de ciudad que nunca duerme debería llevárselo Seúl. Se puede salir de fiesta todos los días de la semana y hasta altas horas de la madrugada. Para los universitarios está el barrio de Hongdae (en del video) donde hay muchos lugares donde sólo se paga el consumo. También hay muchos bares y restoranes en Itaewon, el barrio internacional.
En Gangnam, donde está la gente bonita y adinerada —aunque el verdadero barrio in es Cheongdam—, está repleto de locales cool, ideal para ir de día o de noche para ver gente con mucha onda, modelando su última cirugía plástica. Aquí está el famoso club electrónico Octagon. El sábado la entrada cuesta 10 mil won y tocan DJ’s internacionales.
Y tomar… tomar es ley en Corea y está permitido hacerlo en la vía pública. El soju, el destilado favorito de los coreanos, cuesta alrededor de 1500 won. Es como un vodka aguado y da una resaca que es para morirse. A veces los coreanos lo mezclan con cerveza y da doble resaca. Algunos se lo toman como si fuese agua por lo que no es raro verlos destrozados o incluso durmiendo en la calle. Pero no pasa nada, ¡están en Corea!
4. Comida
Hay mucha variedad, aunque la fruta y la verdura me pareció un poco cara. La comida callejera es totalmente confiable. Eso sí, cuidado: a los coreanos les gusta la fritura y la comida muy picante. En las calles se instalan las pojangmacha, unas carpas de colores llamativos con mesas para que los locales —y también visitantes— coman patas de pollo, kimchi con tofu, pulpo frito o pescado seco a precios bajos. Acá se puede ver comiendo a estudiantes, hombres de negocios, etc. y solamente aceptan billetes.
Atentos carnívoros: en Corea la carne es extraña. No tienen idea lo que es un buen bistec. Y las pocas veces en que probé carne, rogué a todos los dioses que no fuera perro. Los coreanos de la universidad me juraron que comer perro era caro y exclusivo, así que tranquilos.
Bonus: en los supermercados dan mucha comida para probar. Y una vez más, nadie pone mala cara si no compras.
5. Precios
Esta es otra buena razón para visitar Seúl. Aunque no es tan barata como su vecina China, es mucho más económica que Tokyo. Hay hostales muy buenos y baratos —siempre es bueno mirar en la zona de Hongdae— y comidas abundantes por menos de 5 mil won (1 won es alrededor €0.0008/$0.0009).
En Dongdaemun hay edificios donde venden ropa y accesorios muy baratos; en Nundaemun, el mercado tradicional, venden productos típicos a buen precio.
Muy cerca queda Myeongdong donde están las marcas de moda. Lo mejor son las tiendas de cosméticos: solo por entrar las vendedoras te regalan mascarillas para el rostro. Corea es famoso por la excelente calidad de sus productos de belleza cuyos precios son bastante más accesibles que los de Occidente.
6. Transporte público
Seúl es una ciudad muy grande, pero con el metro y los buses se puede llegar a cualquier parte. El metro ha sido señalado como uno de los mejores del mundo: es limpio, es moderno, y se paga por distancia (desde 1050 won).
Puedes comprar una tarjeta recargable en cualquier convenient store y sirven tanto para el transporte como para comprar en esas tiendas.
Es aconsejable mantener la voz baja y no sentarse por ningún motivo en los asientos reservados para ancianos y embarazadas. Las indicaciones están en inglés. En verano hay aire acondicionado y en invierno los asientos tienen calefacción.
7. Naturaleza
A pesar de estar rodeado de rascacielos, mercados y templos, se le da gran importancia a la naturaleza. Además, hay muchas montañas a las que se puede acceder fácilmente. La UOS está rodeada de árboles, tiene un cerro de vecino e incluso hay una laguna con un puente cerca de la residencial internacional.
Por la ciudad corre el río Han y junto a él está Cheonggyecheon, un camino de 11 km por donde se puede pasear. Eso sí, cuidado con los zancudos. Sus picadas son satánicas y dejan cicatrices.
8. Seguridad
En la cultura coreana robar es sinónimo de perder el honor. Nunca hice la prueba, pero a mis compañeros siempre se les quedaba el teléfono en alguna parte. Y cuando volvían a buscarlo, ahí estaba. Los paraguas se dejan fuera de los negocios y nadie los toca.
Además, nunca vi que un coreano mirara lascivamente a una mujer, aunque usen shorts muy cortos y tacos altísimos. Nada. Ni un agarrón ni un cálido “pssst” en la oreja. Ni siquiera a altas horas de la noche ni con trago en el cuerpo.
Estas son mis 8 razones para visitar Seúl. Hay algunas cosas que no me gustaron de la ciudad —por ejemplo, el calor húmedo de julio—, pero es un lugar muy bonito, seguro y moderno. ¿Todavía prefieres ir a Paris?
*1 won es alrededor de €0.0008/$0.0009 (septiembre 2015).
Artículos relacionados:
Bienvenido a la DMZ: el lugar “más peligroso del mundo”